En noviembre de 1960, los Misioneros Redentoristas, (comunidad fundada por S. Alfonso María de Liguori), daban los primeros pasos para hacer una fundación misionera en tierras extremeñas. La ciudad elegida fue Mérida. Durante años, las misiones fueron su tarea exclusiva; hoy son muchos los pueblos evangelizados que recuerdan el paso de los redentoristas por sus iglesias llevando la Palabra de Dios.
En 1967 se ofrece a los misioneros redentoristas la posibilidad de estar al frente de una parroquia; posibilidad que es aceptada. Surge así la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, inaugurada el 8 de septiembre de 1967. Nacida en el seno de una comunidad misionera, esta parroquia ha querido mantener siempre su talante misionero y evangelizador y su cercanía al pueblo. Por eso, no se queda en el centro, lugar de residencia hasta este momento de la comunidad, sino que se va a la periferia, al Este de la ciudad, donde vive la gente más sencilla.
La primera iglesia se levanta junto a un conjunto de casas blancas, simétricamente distribuidas, sin apariencia de originalidad; son las famosas Sindicales, en el barrio de “La Antigua”. Es una iglesia con carácter provisional, un edificio que no pasa de ser más que una simple capilla formada por cuatro paredes y un altar en medio.
Hasta junio de 1991 no se comenzó a construir el templo actual que sería inaugurado un año más tarde: 13 de diciembre de 1992. Ahora nuestra iglesia es nueva, de ladrillo, hermosamente diseñada, de línea moderna, con capacidad para 300 personas sentadas y una buena distribución litúrgica de todos sus elementos. Cambiaron las paredes pero no cambió el carisma. El nuevo templo sigue al servicio de la misión y del pueblo y quiere ser un hogar abierto y acogedor para todos.
La Virgen del Perpetuo Socorro
La Patrona de la parroquia es la Virgen del Perpetuo Socorro, la virgen de los misioneros redentoristas. Un rincón en la Iglesia para la esperanza y la ternura. Entre los orientales, no hay familia que no tenga en casa un Icono. Suele ocupar una habitación, un lugar acogedor o un rincón al que conocen con el nombre de “rincón de la belleza”. Ante este Icono familiar se toman las decisiones más importantes de la vida, como son, por ejemplo, los compromisos matrimoniales. Los novios comprometen y sancionan su futuro matrimonial con las manos unidas sobre el Icono familiar. Este momento tiene incluso más importancia que la misma boda.
También el Icono de nuestra parroquia del Perpetuo Socorro quiere ser fiel testigo de los momentos más importantes de la vida de los feligreses. Sus manos de Madre están siempre dispuestas a socorrer a todos.
Actualmente al frente y animando esta parroquia están los siguientes Misioneros Redentoristas: Pedro y Juan Carlos, con una atención directa a la parroquia y Joaquín que participa, además, en el equipo misionero del CESPLAM.